El desarrollo de un ser humano comienza en el
momento de la fecundación y el genoma humano se establece en ese momento, por
esto cualquier tipo de cambios que el hombre pueda generar, estarían afectando
la dignidad del individuo. El papel del hombre no es arreglar la naturaleza, así
que no le corresponde ir jugando con los genes de niños indefensos,
desechándolos cuando algo sale mal o arreglándolo como si fuera un pedido. Por supuesto que gracias a estos avances
científicos la humanidad se verá favorecida, ya sea en el sector industrial o
en campos de la salud, previniendo enfermedades o evitando que se hereden a
futuras generaciones, sin embargo a medida que la ciencia va progresando, con
ella también crece el deseo del hombre de alcanzar y superar a Dios. Cada vez
comenzamos a meternos más en asuntos que no deberíamos, y a experimentar con
nuestros semejantes.
La manipulación genética debería estar muy
restringida en los seres humanos pues sólo en caso de posible muerte se debería
emplear para salvar la vida en peligro, pero si simplemente se fijan parámetros
borrosos, ésta irá creciendo y más adelante sufriremos las consecuencias de una
sociedad polarizada y dominada por razas perfectas hechas por el hombre mismo.
Sí y sólo sí se pueden curar enfermedades graves y mejorar la calidad de vida
de los seres humanos sería apropiado usar adecuadamente la manipulación
genética.
Por: Amalia Parra Trespalacios
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